Pymes y el COVID-19: Implicaciones en la planificación organizacional

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Tiempo de lectura: 5 minutos

 En este momento, cuando recién finaliza el primer trimestre del año, las pymes y el COVID-19, es el tema principal de muchos analistas quienes anuncian la inminencia de una recesión económica mundial, que podría traer notables implicaciones en la planificación organizacional.

Kristalina Georgieva, presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI) afirma: “Hemos declarado que el mundo está ahora en recesión, y que su duración y profundidad depende de dos cosas: contener el virus y tener una respuesta efectiva y coordinada a la crisis”.

Por otro lado,  ya se pueden estimar los efectos para el cierre del año:

Pymes y el covid 19

En Sudamérica puntualmente,  Alicia Bárcenas secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), ha dicho que desde el organismo se estima una contracción de -1,8% en el PIB regional.

Dicha contracción se encuentra enmarcada por la caída en el valor de las exportaciones a China en un 10,7%, así como una importante interrupción de importaciones para los sectores manufactureros. Solo las empresas tecnológica parecen proyectar comportamientos económicos positivos en medio de la actual situación.

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Pymes y el COVID-19: ¿Qué pueden hacer las empresas en tiempo de crisis?

Pymes y el COVID-19: Implicaciones en la planificación organizacional 1

 

Vistos los resultados económicos del primer trimestre del año, se debe poner en marcha procesos de ajustes interno dentro de las empresa. Es necesario revisar la planificación y presupuesto para afrontar los días que restan del 2020, en este sentido, le corresponde a las pequeñas y medianas empresas (Pymes),tomar medidas decisiones acertadas para afrontar la crisis, por ser las más vulnerables dentro de ecosistema comercial.

En este artículo te daré algunas recomendaciones para  minimizar los efectos de COVID-19 sobre la actividad económica de la pymes :

1. Evaluación

Las decisiones vinculadas a las operaciones productivas de las pymes han de ser ajustadas con el mayor grado de precisión dado el impacto que, a corto plazo, estas tienen sobre los ingresos y gastos.

Este proceso de ajuste en la planificación debe hacerse considerando con especial énfasis en los factores externos, aquellos que no puede controlar la organización, como por ejemplo: proveedores, logística, decisiones gubernamentales, oferta y demanda.

2. Ajuste de procesos de producción

En planificación, uno de los aspectos centrales es el tiempo que se requiere para alcanzar las metas propuestas. En esta ocasión, la variable tiempo está completamente vinculada al control del las pymes y el COVID-19.

De la rapidez con la que los países controlen el virus, dependerá la reactivación económica y actividad comercial. Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar en nuestras pequeñas y medianas empresas.

Para lograr una recuperación en un lapso más breve, aún en medio de la crisis,  se requiere ajustar los procesos productivos, así como los objetivos de expansión y diversificación de las organizaciones. Estos ajustes deben estar orientados al aumento de las ventas.

Por ello, se sugiere a técnicos y gerentes ser cuidadosos y analizar con la mayor precisión posible los momentos que vive el sector económico donde opera la empresa. Es necesario prepararse para cuando el mercado recupere sus condiciones normales, de esta manera las organizaciones podrán acelerar sus operaciones productivas para atender la demanda que renace y recuperar los ingresos progresivamente.

La gran interrogante que debe plantearse los directivos ante la crisis de las pymes y el COVID-19 es:

¿Cómo equilibrar la rentabilidad a corto plazo, con la aspiraciones de crecimiento proyectadas a mediano y largo plazo?

Lo primero es recuperar el terreno perdido durante la presente crisis. Una vez  alcanzados los niveles previos de venta y rentabilidad, podremos pensar en crecimiento.

3. Capital  y estrategias de financiamiento

El factor económico interno es otro tema a tomar en cuenta en el proceso de ajustes en la planificación. Si algo demostró esta pandemia, es que el mundo está globalizado, interconectado, por lo que  cualquier situación que distorsione a un país o sector afecta a muchos otros. La magnitud de la afectación, depende en gran medida de las fortaleza financiera propia de cada organización.

Aún cuando la incertidumbre por la pandemia y la recesión continúe presente, conviene plantearse un programa de inversión acorde con las posibilidades de cada cual, esto sin dejar de medir los niveles de riesgos que se pueden asumir.

El fin último es procurar liquidez propia o financiera, para que en el corto plazo, se pueda reactivar la productividad de la empresa y luego compensar la caída de los ingresos del primer trimestre.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cifró en 24,7 millones los empleos que se pueden perder en todo el mundo producto de la merma en la actividad económica y el cierre de empresas. Estas cifras hablan de cómo las economías de empresas y personas van a requerir de una importante inyección de dinero.

El presupuesto de inversiones debe ser un aspecto esencial a incluir en los futuros ejercicios de planificación empresarial. Hay que aprender a estar mejor preparados económicamente para afrontar situaciones difíciles. El ahorro no es la única opción, es necesaria una diversificación de las fuentes de capital.

El financiamiento bancario, la liquidación de activos no indispensables para la producción, la gestión de fondos provenientes de programas gubernamentales de ayuda financiera, y sobre todo la generación de ingresos derivados de la adecuación a la nueva realidad del mercado, es decir, del incremento de las ventas, a como dé lugar, son acciones que todo dueño  o directivo de una pyme debe tener en su radar.

4. Cambios organizacionales

Por otro lado se encuentran los cambios necesario en las actividades del equipo humano. En nuestra opinión, se deben romper paradigmas en lo que al personal se refiere.  Durante la pandemia se viene demostrando que el teletrabajo, por ejemplo, es una opción inmediata y eficaz para mantenernos operativos.

Según Randstad, consultora especializada en recursos humanos, en Chile, 48% de las compañías de ese país ha implantado el “home office” como medida de seguridad para los empleados. Dichas cifras nos revelan la importancia de incorporar esta modalidad de trabajo dentro de las organizaciones.

Pero el típico trabajo en la oficina no debe ser el único paradigma a romper. La costumbre de establecer horarios para realizar las funciones también debe quedar atrás, al menos por ahora.  La invitación es a implantar estrategias que incentiven una mayor productividad laboral por objetivos, y en la menor cantidad de tiempo.

En cuanto a los trabajadores que por la naturaleza de su labor, no puedan trabajar desde sus hogares, deberían estar presentes en las instalaciones de la compañía el mínimo tiempo necesario para cumplir sus objetivos, sin que esto afecte su remuneración.

Esta pandemia, sin duda transformará para siempre la forma en la cual planificamos y gestionamos las organizaciones. Como directivos, debemos comprender que estos cambios llegan para bien, y es recomendable abrir nuestra mente para adaptarnos lo más pronto posible.

En conclusión

Las empresas deben tener una cultura de previsión, la cual se logra mediante ejercicios continuos de planificación a corto, mediano y largo plazo.  El planeamiento debe sustentarse en datos.

En la actualidad, la inteligencia artificial, el blockchain y los contratos inteligentes, al igual que el incremento de la transparencia y acceso a datos económicos, pueden ayudarnos a cubrir esa posible carencia.

El conocimiento del mercado y de las fortalezas internas de nuestras empresas serán siempre imprescindibles para desarrollar un proceso de planificación óptimo, y mucho más ante la crisis de las pymes y el COVID-19.

La estimación de los tiempos de recuperación del mercado, y la demanda es importante para calcular los niveles de manufactura e inventarios más apropiados en este momento.

La diversificación hacia productos y servicios con demandan durante la situación actual, la ruptura de paradigmas en lo que respecta al talento humano, y los procesos operacionales; son algunas de las medidas que nos permitirán, no solo recuperar la productividad perdida, sino lograr niveles satisfactorios de crecimiento.

Artículo de colaboración por:

Pedro Luis Santiago Belisario

Consultor Organizacional

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