Interrupción de negocio: Aspectos claves para afrontarla

interrupción de negocio
Tiempo de lectura: 4 minutos

En ocasiones, algunos empresarios se preguntan ¿estoy preparado para una interrupción de negocio? esta es una interrogante que muchos no sabrán responder. Otros pensarán que, con un buen respaldo financiero, pueden hacer frente a cualquier situación imprevista capaz de interrumpir la operación de su negocio.

Pues, el respaldo financiero no lo es todo, el factor tiempo, el servicio constante y oportuno, también es uno de los factores que más afecta a los negocios. La tardanza en volver a la normalidad luego de una crisis, puede significar:

  • Pérdida de cuotas de mercado a favor de los competidores
  • No lograr los objetivos de crecimiento de la empresa
  • Una seria afectación a la reputación de la marca

¿De dónde proviene la gestión de la continuidad de los negocios?

A finales del siglo XX, con la masificación de elementos y procesos informáticos que se van incorporando a los sistemas bancarios en el mundo entero, surge la necesidad de generar la llamada “redundancia», que consiste en contar uno o más niveles de respaldo, en caso de que dichos elementos fallaran.

Con los años, surge también el interés de conocer la cantidad de tiempo con la que se cuenta, para pasar de un sistema principal a uno de respaldo, así como la frecuencia con la que se debe hacer copias de las transacciones.

Posteriormente, se involucran en los planes de respuesta otros factores que pudiesen afectar al negocio, también se incluyen otras industrias en el afán de mantener la continuidad de sus negocios.

El Instituto para la Recuperación de Desastres (Disaster Recovery Institute. DRI), es el precursor del desarrollo de metodologías para hacer frente a aquellos eventos que afectan la continuidad operativa del negocio. Desde el año 1991 y hasta el presente, se han generado gran variedad de teorías y prácticas para garantizar que los negocios puedan hacer frente a todo tipo de situaciones.

También, la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego de los Estados Unidos de América (N.F.P.A. por sus siglas en inglés), ha hecho un gran aporte en este respecto, esto mediante su norma número 1600:2016, “Estándar de Desastres/Gestión de Emergencias y Programa de Continuidad de Negocios”.

Lo propio ha hecho la Organización Internacional de Estandarización (International Organization for Standardization, ISO), con su norma 22301:2012, llamada “Seguridad de la Sociedad – Sistema de Gestión de la Continuidad de Negocios –  Requisitos.”

Factores que pueden originar la interrupción de negocio

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Antes de determinar cómo afrontar un proceso de interrupción de negocio, lo primero es definir los factores que pueden afectarlo:

  • Amenaza: También conocida como “peligro”, son situaciones o elementos con el potencial de causar daños o eventos no deseados. Estos pueden ser naturales, antropogénicos o tecnológicos. Ejemplo: Desastres climáticos, vandalismo, debacles macro y microeconómicas, pandemias como el COVID-19 entre otras.
  • Vulnerabilidad: Son las características y las circunstancias de un sistema o un bien, que lo hacen susceptible a los efectos de una amenaza. Acá debemos considerar a nuestra gente, maquinarias, la estructura organizativa, los procesos, entre otros. Un equipo electrónico suele tener, por ejemplo, una alta vulnerabilidad a las amenazas derivadas de fallas eléctricas.
  • Riesgo: Es el nivel de probabilidad resultante de la interacción entre la amenaza y la vulnerabilidad. Así, el equipo citado en el ejemplo anterior, puede contener un bajo, mediano o alto riesgo de avería por bajones eléctricos.
  • Incidente: Es la amenaza consumada. Se entiende como todo evento que causa una  alteración de interrupción de negocio.

Aspectos claves para afrontar una interrupción de negocio

Al tener visualizadas las amenazas, la vulnerabilidad de los elementos de la empresa, y los riesgos de interrupción de negocio a los que se puede estar sometido, debemos entonces estipular los niveles de afectación: Esto se hace a través de la aplicación de modelos matemáticos, dándole valores a la magnitud de los daños y su probabilidad de ocurrencia.

El siguiente paso es estimar el tiempo que podría estar interrumpido el negocio en caso de un incidente. Ya con el nivel de afectación y tiempos de interrupción establecidos, se procede a determinar los recursos necesarios para controlar los riesgos. Esto se logra a través de planes de mitigación y de respuesta, que a su vez forman parte del plan de continuidad del negocio.

También, es recomendable realizar un análisis de procesos claves, en donde se establecen los siguientes tiempos:

  •     Período máximo de interrupción tolerable: Es el tiempo máximo permitido en el que los productos o servicios clave del negocio dejan de estar disponibles, sin que esto cause un impacto perjudicial e inaceptable para la organización. Este es el punto en el que el impacto o la afectación se hace intolerable para los grupos de interés.
  •       Tiempo objetivo de recuperación: Es el tiempo ideal en el que un negocio debe recuperar sus operaciones habituales, en especial el suministro de su productos o servicios, luego de haberse encontrado inactivo tras un incidente.

Con los tiempos de interrupción y recuperación establecidos, la dirección del negocio, tendrá claro con cuanto tiempo cuenta para recuperar su operación óptima antes de sufrir daños irreversibles en sus finanzas o en su reputación.

Es muy importante que al momento de hacer las evaluaciones y los planes de respuesta, se involucre a todo el personal que pudiese verse afectado por la amenaza. Así, se garantiza una respuesta multidisciplinaria y efectiva.

En vista de que nos encontramos en un constante cambio, todos los factores antes descritos deben revisarse frecuentemente y mantenerse actualizados. Esto es lo que dicta una adecuada gestión del riesgo. 

Los planes de continuidad de negocios, son herramientas muy robustas que buscan evitar riesgos y amenazas que pudiesen provocar una interrupción de negocio, o  del servicio o suministro que ofreces. Y que, en caso de presentarse un incidente, una situación de incertidumbre o eventos no deseados, nos permiten tomar decisiones y estrategias definidas para la normalización de las operaciones.

Autor: Gustavo Specht                                                           

Consultor, Especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo

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